Federico X de Dinamarca al ser proclamado nuevo monarca: “Espero ser un rey unificador”
Copenhague, 14 ene (EFE).- Federico X de Dinamarca, que este domingo subio al trono tras la abdicacion de su madre Margarita II, mostro al ser proclamado rey desde el balcon del castillo de Christiansborg en Copenhague su deseo de ejercer como aglutinador de todo el pais.
”Mi madre ha sido, como pocos, una con su reino. Espero ser un rey unificador”, dijo en un breve discurso ante miles de daneses el nuevo rey, que se vio acompañado despues por su esposa, la reina Mary, y sus cuatro hijos, encabezados por el nuevo principe heredero Christian.
La subida al trono de Federico X, de 55 años, se habia hecho efectiva minutos antes en un Consejo de Estado al firmar la declaracion de abdicacion Margarita II, que a los 83 años anuncio por sorpresa su retirada tras 52 años de reinado en su discurso de Fin de Año, aduciendo problemas de salud y la necesidad de dejar paso a la nueva generacion.
La proclamacion duro apenas unos minutos y se realizo siguiendo la tradicion desde que Dinamarca se convirtio en monarquia constitucional en 1849: fue la primera ministra, Mette Frederiksen, la encargada de hacerlo, despues de haberle dado las gracias a la monarca saliente.
”Su majestad Margarita II ha abdicado. Larga vida a su majestad el rey Federico X”, repitio tres veces Frederiksen.
Federico, quien se refirio a su madre como “una regente fuera de lo usual”, señalo que necesitara el apoyo de “mi amada esposa, mi familia y eso que es mas grande que todos nosotros”.
El discurso termino con la eleccion del lema de su reinado, una tradicion danesa, que sera “Unidos, comprometidos por el reino de Dinamarca”, que sucedera al “La ayuda de Dios, el amor de la gente, la fuerza de Dinamarca” de su madre.
A continuacion, la reina Mary salio al balcon y, luego, se unieron sus cuatro hijos: Christian, de 18 años, Isabella, de 16, y los mellizos Vicente y Josefina, de 12 años.
Hasta dos veces salieron los seis al balcon, entre los aplausos de los miles daneses que llenaban la plaza de Christiansborg, mientras agitaban banderas danesas y lanzaban los habituales “hurra”.
Federico se echo la mano al corazon en señal de agradecimiento e incluso se beso en la boca con la reina.
Los nuevos reyes abandonaron luego el castillo en carroza, la misma que habia ocupado horas antes su madre para dirigirse a Christiansborg.
Los actos oficiales del dia se cerraran con la transferencia de estandartes reales del palacete de Christian IX, residencia de la monarca saliente, al de Federico VIII, donde viven los nuevos reyes, ambos separados apenas por unos cientos de metros.