Familias de rehenes israelies se aprestan a marcar 100 dias de su cautiverio
Londres — Se ha convertido en un rito cotidiano.
Cada mañana, antes de quitarse el pijama, Rachel Goldberg-Polin arranca un trozo de cinta adhesiva del rollo, escribe con un grueso marcador negro el numero de dias que su hijo Hersh ha permanecido cautivo de los milicianos de Hamas y lo pega sobre su pecho.
“Me llama la atencion la nausea que me provoca cada vez”, dice. “Y eso esta bien. No quiero acostumbrarme. No quiero que nadie se acostumbre a la ausencia de esta gente”.
Hersh Goldberg-Polin, de 23 años, fue visto por ultima vez el 7 de octubre, cuando los milicianos lo obligaron a subir a la parte trasera de una camioneta junto con otras personas secuestradas en un festival musical israeli en el que mataron a mas de 300 asistentes. El nativo de Berkeley, California, perdio parte de un brazo cuando los agresores lanzaron granadas a un refugio donde se habian encerrado varios jovenes.
El domingo se cumpliran 100 dias desde que el y otras 250 personas fueron tomadas como rehenes por los milicianos que irrumpieron desde la Franja de Gaza y provocaron la guerra actual entre Israel y Hamas. Decenas de mujeres, niños y extranjeros fueron liberados durante un cese de fuego de una semana en noviembre y se ha confirmado la muerte de otros, pero 132 siguen en cautiverio. No se han permitido visitas de la Cruz Roja y se sabe casi nada sobre su estado.
Rachel Goldberg-Polin, de 54 años, dedica sus dias a traer de regreso a Hersh y los demas rehenes.
La madre de tres hijos ha pasado los ultimos tres meses en movimiento incesante, recorriendo el globo, recordando a quien quiera escucharla que su hijo es algo mas que una estadistica molesta: es su unico hijo varon, un amante de la musica, un joven que merece la oportunidad de realizar su sueño de recorrer el mundo.
Goldberg-Polin y su familia, que se mudaron a Israel cuando Hersh tenia siete años, se han reunido con el presidente estadounidense Joe Biden, el papa Francisco, el empresario Elon Musk y decenas de periodistas. Ella ha hablado en las Naciones Unidas, marchado en manifestaciones y cargado pancartas.
El destino de los rehenes ha atrapado la atencion de Israel, y la campaña incansable de las familias ha generado apoyo y simpatia generalizados, elevando la presion sobre el gobierno israeli para que haga las concesiones necesarias para obtener su libertad.
La familia Goldberg-Polin planificaba asistir al inicio de una concentracion de 24 horas en Tel Aviv el sabado y otra el domingo en el Paseo Jerusalen, una serie de parques y pasarelas en la parte alta de la ciudad. Se ha convocado a eventos similares en Londres, Nueva York, Paris y otras ciudades fuera de Israel.
Pero hasta ahora, nada ha impedido que crezca el numero escrito en la cinta adhesiva.
El rito comenzo el dia 26, cuando Goldberg-Polin pego la insignia improvisada sobre su pecho para mostrar a todos que la cuenta progresiva, insoportablemente dolorosa, era el centro de su vida, no solo un dato secundario dentro de las historias periodisticas.
“Es lo que me define”, dijo a The Associated Press el miercoles, cuando la insignia llevaba el numero 96. La comparo con una etiqueta con el nombre: “Hola, me llamo”.
“Esto es quien soy”, dijo. “Mi identidad es el numero de dias que le han robado”.
En la vispera del hito de 100 dias, Goldberg-Polin solicito a la gente en todo el mundo que se sume a su rutina, con la esperanza de que la muestra de solidaridad ayude a las familias a soportar el dolor y la angustia de un dia mas sin sus seres queridos.
La insignia de Goldberg-Polin hecha de cinta adhesiva se inspira en sus recuerdos de infancia en 1979, cuando Estados Unidos no podia apartar la vista de su embajada en Iran, donde se retenian como rehenes a 52 personas. La cadena ABC iniciaba su noticiero nocturno con un recuento de los dias de cautiverio. Los rehenes fueron liberados al cabo de 444 dias.
“Esto incomoda a la gente porque, sabes, a los seres humanos nos gusta una cuenta regresiva”, dijo Goldberg-Polin. “Nos gusta hacer cuenta regresiva hasta las vacaciones. Nos gusta hacer cuenta regresiva en Times Square (Nueva York) en la vispera de Año Nuevo”.
“No nos gusta una cuenta progresiva. Una cuenta progresiva de la incapacidad de la humanidad para poner fin al cautiverio de estos seres humanos incomoda mucho a la gente. ¿Y sabes que? Bienvenida al club. Hace 96 dias que me siento incomoda”.
Con todo, el hito de los 100 dias ha permitido llamar la atencion del mundo nuevamente sobre los rehenes. Goldberg-Polin espera que alguien, en alguna parte, cuide a su hijo herido.
Envia un mensaje a Hersh, con la leve esperanza de que le llegue.
“Yo diria: No ha pasado un solo dia desde que te llevaron en que no hemos trabajado, no hemos dejado piedra sobre piedra en la Tierra y sin correr a los confines de la Tierra para traerte de regreso”, dijo. “Por eso necesitamos que seas fuerte. Y que sobrevivas y sigas vivo. Y vamos por ti”.