Caos y cientos de arrestos: vuelve la calma a Brasil tras asalto a sedes del gobierno
Brasilia, la capital del gigante latinoamericano, amanecio este lunes con el orden publico bajo control pero con rastros de destruccion en varias areas del centro del poder, tras el violento asalto del domingo de miles de bolsonaristas contra las sedes de los tres poderes.
“La situacion en Brasilia esta controlada”, afirmo en un mensaje en sus redes sociales el interventor federal en el Distrito Federal, Ricardo Cappelli, que sera responsable por la seguridad en la capital brasileña al menos hasta el 31 de enero.
Capelli, un alto funcionario del Ministerio de Justicia, asumio el comando de todas las fuerzas de seguridad de Brasilia luego de que el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, ordenara una intervencion federal en el Distrito Federal para hacer frente al ataque a las instituciones de los seguidores del expresidente Jair Bolsonaro.
Capelli afirmo que las fuerzas policiales de Brasilia, ahora bajo su comando, reiniciaron a primera hora las operaciones para identificar a los responsables por los actos de vandalismo en las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema.
“Ya estamos en campo nuevamente. Los criminales seguiran siendo identificados y sancionados. No permitiremos la continuidad de concentraciones que funcionen como incubadoras de planos contra el Estado Democratico de Derecho”, afirmo el interventor.
Una de las primeras acciones de la Policia fue el desmonte del campamento que los bolsonaristas habian montado desde las elecciones presidenciales de octubre frente al cuartel general del Ejercito para presionar por un golpe militar que impidiera el regreso de Lula al poder y desde el que fueron lanzados los ataques del domingo.
Agentes de la Policia Militarizada de Brasilia, reforzados por tropas del Ejercito, bloquearon los accesos al campamento a primera hora para impedir la llegada de mas manifestantes y ordenaron el desalojo pacifico de los que permanecian en el lugar.
Centenas de seguidores del exmandatario brasileño Jair Bolsonaro invadieron este domingo la sede del Congreso Nacional en una manifestacion que pide una intervencion militar para derrocar al presidente Lula da Silva.
El cerco surtio rapidamente efectos y, sin la necesidad del uso de la fuerza por parte de las autoridades, los cientos de seguidores de bolsonaristas radicales que estaban acampados frente al Ejercito comenzaron a recoger sus pertenencias y abandonaron el lugar en autobuses que los condujeron a comisarias para ser identificados.
Pese a la tranquilidad reportada, en la Plaza de los Tres Poderes, que separa el Palacio Presidencial de Planalto, la sede del Congreso y la sede del Supremo Tribunal Federal, el escenario era de destruccion, con pedazos del piso removidos, hierros retorcidos, basuras esparcidas por todas partes y hasta capsulas de gases lacrimogenos.
Los rastros de destruccion se extendian por varios de los jardines de la Explanada de los Ministerios, la amplia avenida en la que estan ubicadas las sedes de los ministerios y que culmina en la Plaza de los Tres Poderes.
Dentro de las edificaciones igualmente quedaron los rastros del violento ataque, con cientos de ventanales quebrados, sillas arrancadas, equipos destruidos y obras de arte damnificadas.
La edificacion del Congreso quedo con letreros golpistas pintados y hasta una patrulla policial sumergida en un estanque.
El asalto al Congreso, la Presidencia y el Supremo solo se resolvio despues de cuatro horas y media de desconcierto, cuando agentes antidisturbios cargaron y lanzaron gases lacrimogenos contra los exaltados que estaban dentro y fuera de los edificios.
Segun las ultimas informaciones, al menos 300 personas fueron detenidas por los ataques antidemocraticos, que fueron ampliamente condenados por todas las instituciones de Brasil y por la comunidad internacional.